ARMONÍA
La Armonía, es un sinónimo de paz, de calma, de satisfacción, de plenitud, de tranquilidad.
Cuando sientes Armonía, es cuando tienes la certeza de que todo está bajo control, de que todo está bien. Es cuando sabes en tu interior, que estás haciendo las cosas de la manera correcta.
Como personas, debemos estar en Armonía con los demás, con la naturaleza, con el mundo entero y con nosotros mismos.
Estar en Armonía con los demás significa anhelar el bien para ellos, actuar de modo constructivo y ayudarles en su camino a lograr lo que quieren.
No se refiere a hacer lo que otros quieran hacer, dándoles el poder de decidir el rumbo de nuestra vida, sino por el contrario, desempeñarnos en nuestras pasiones para ser felices e impartirles felicidad… Y es aquí, cuando primeramente logramos la Armonía con nosotros mismos.
La armonía en el aula
La diversidad de personas e intereses que coinciden en un salón de clases exigen que, para el feliz desarrollo de las actividades educativas, se sigan normas básicas de respeto que quizá no todos los alumnos han conocido en el hogar. Trate de fijarlas con claridad. Enseñe a los niños a:
- escuchar sin interrumpir,
- a mirar a los ojos a la persona con la que hablan,
- a dejar salir antes de entrar;
- a evitar gritos, gestos, palabras malsonantes o bromas pesadas;
- a no señalar con el dedo,
- a usar expresiones de cortesía como “por favor”, “gracias”, “perdón” y “disculpa”, y
- a cuidar y mantener limpio el salón.
Para usted querido colega le facilitamos esta meditación, si es posible aprenderla de memoria seria muy conveniente.
Dejar Fluir
Que todo transcurra maravillosamente para vosotros en este
día, sin que tengáis que forzar nada, porque la tensión es la pesadilla de todo
esfuerzo y todo aquello por lo que os pongáis nerviosos o contrariados está
invariablemente condenado al fracaso, en primer lugar, porque si os parece tan
complicado o difícil, os estáis aproximando a ello de forma equivocada y, en
segundo lugar, porque la misma actitud de estar en tensión, hace que la tarea
se muestre como casi insalvable. Debéis aprender pues a hacer las cosas con
bondad y con facilidad, derrochando paciencia y empatía; comprobaréis así que
la naturaleza siempre se autoajusta proporcionando el mejor camino, la mejor
solución y la respuesta justa, con el mínimo esfuerzo; de ese modo os aislaréis
del desánimo, la depresión y el disgusto.
Ángel Luis Fernández