En 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo a fin de poner de relieve la importancia de los valores de la paz y la solidaridad. El Día debe servir de señal a quienes tratan de crear divisiones entre los seres humanos de que los que creen en las fuerzas mucho más poderosas de la tolerancia y la comprensión mutua se opondrán siempre a esos intentos.
La causa de la armonía mundial sigue hallándose en situación precaria en muchos aspectos. La actividad económica mundial y los adelantos en las comunicaciones son indicaciones de la creciente vinculación entre los distintos sectores de la humanidad; no obstante, persisten las barreras, la desconfianza y la animosidad entre los pueblos y las culturas. El aumento de los contactos también ha generado temores —imaginarios y reales— de que se pierdan costumbres, idiomas e identidades muy apreciados.
Únicamente mediante el reconocimiento y la celebración de nuestra diversidad podrá lograrse que en el mundo reinen la paz y la solidaridad. Este año, para la celebración del Día Mundial de la Diversidad Cultural, la Alianza de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la UNESCO, unidos con otras entidades —desde las comunidades hasta las grandes empresas— realizarán el 21 de mayo la campaña “Hacer un gesto” a favor de la diversidad y la inclusión.
La campaña hace un llamamiento a todos —desde los jóvenes hasta los que formulan las políticas, desde los líderes religiosos hasta los periodistas, los empresarios y otras personas que influyen sobre las opiniones y las tendencias— a que proclamen que nuestra riqueza espiritual, social y económica depende de la diversidad cultural. En este día, y durante toda nuestra vida, daremos pasos —pequeños y grandes, con las familias y los amigos, antiguos y nuevos— que fortalezcan los vínculos, profundicen nuestra comprensión del valor de la diversidad cultural y nos ayuden a mejorar nuestra vida en común.