1 de agosto de 1952, Inicia su actividad en Santo Domingo, "La Voz Dominicana", primera planta de televisión en la República.
La Voz Dominicana
Desde su fundación en 1942, hace 68 años, la dirección de La Voz Dominicana (Radiotelevisión Dominicana) hizo costumbre celebrar del 29 de julio al 4 de agosto su semana aniversaria, con fiestas de toda índole y la participación de las más destacadas figuras artísticas nacionales e internacionales.
Con este acontecimiento la República Dominicana se había convertido en el 4to país latinoamericano en poseer televisión. Sólo Argentina, México y Cuba disponían de este sistema.
Al principio la TV no tenia programación educativa ni informativa, solo entretenía, porque todo estaba sujeto al régimen trujillista.
En los primeros meses del año subsiguiente a la celebración de la apertura de la planta, el fundador-presidente y tesorero, teniente general J. Arismendy Trujillo Molina (Petán), convocaba a los señores Manolo Quiroz, Freddy Miller, Ramón Rivera Batista, Divina Gómez, Rafael Rivas Jerez, Hugo Gómez Batista, Eduardo Lora Medrano, Luis Felipe Haza del Castillo, Julio César Feliz, Manuel Antonio Rodríguez y otros, en sus calidades de jefes departamentales y productores de programas de radio y televisión.
El administrador general, señor Abraham Santamaría Demorizi, notificaba a los presentes el programa provisional de las diferentes actividades y espectáculos a celebrarse en la fecha aniversaria.
A los productores se les exigían producciones originales para los siete días que duraban las fiestas. Para radio y televisión se permitían unas que otras adaptaciones, y si la dirección las consistía, deberían ser de obras famosas. Es así como en el año 1943 el reputado escritor y crítico de arte, don Pedro René Contín Aybar, preparó libreto para el montaje de la obra La Traviata, del célebre compositor italiano Giuseppe Verdi.
Para la obra Petán Trujillo hizo venir desde Estados Unidos a Rafael Sánchez Cestero, y desde Italia al cantante de la Escuela de Milán, don Mario Ferreti, quien compartió el montaje con Pedro René. Otros criollos con papel preponderante, además de Sánchez Cestero, fueron Tony Curiel, Elenita Santos, Violeta Stephen, Luis Vásquez, Criolla Hidalgo, Constantino Castillo, Fellita Cabrera, Ñiñí Vásquez, Nicolás Casimiro, Angela Vásquez, Las hermanitas Cruz, Miles Rodríguez, Milito Núñez, Hermanas Iludeé, Armando Recio, Ondina Ovando, Luz Pichardo y Reynaldo Hidalgo, todos empleados de LVD.
Fotografías y literatura de los artistas nacionales y extranjeros que actuarían en las fiestas aniversarias eran colocadas en grandes murales iluminados en las esquina más concurridas de la capital, y desde julio de cada año, la programación ya definida comenzaba por radio y televisión en los cambios de programas de cada hora.
Los locutores de cabina leían la extensa lista con los valiosos regalos que donaban comerciantes industriales para ser rifados a los asistentes a los espectáculos.
Durante los 7 días de fiestas, por los alrededores de LVD, en la calle Ciudad de Miami, hoy doctor Tejada Florentino, el gentío era enorme, desde las primeras horas de la mañana hasta entrada la madrugada del día siguiente.
Músicos y artistas se mezclaban en alborozada alegría con los grupos de mozalbetes, adolescentes y personas mayores que corrían tras sus artistas favoritos en procura de autógrafos.
Desde principios de año, hasta el 29 de julio, cuando empezaban las celebraciones, la jornada se hacía agotadora y continua y a los que intervenían no les quedaba otro sentimiento que la satisfacción de la misión cumplida.
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